domingo, 1 de mayo de 2011

EL ARTE ES SOLO UNA EXCUSA.( intervención instalación esc 329)

En el marco del proyecto ARTE EN LA ESCUELA, intervenciones artísticas, decidimos trabajar en esta intervención instalación basada en la frase del artista mexicano Felipe Ehrenberg
“El arte es solo una excusa”, ya que consideramos sin duda que el arte es la mejor excusa para coincidir, aprender, compartir y disfrutar.
En este sentido cada grupo de clase elaboró una letra otorgada por los talleristas  en la cual solo había que respetar su medida pero su elaboración respondería a la creatividad del grupo o equipo de trabajo, estos grupos no sabian que destino tendría esa letra.







Luego de elaboradas los talleristas tomarían estas letras para formar la frase EL ARTE ES SOLO UNA EXCUSA y colgarla en la balconada del hall principal de la escuela antes de la llegada de niños, niñas y docentes a la institición.







 
AGREGAMOS MATERIAL SOBRE EL ARTISTA MEXICANO.


EL ARTE ES SOLO UNA EXCUSA.

Sucede que anoche la pasé de lo lindo escuchando a un quinteto de jazz interpretar a un tal Johann Chrysostom Wolfgang Amadeus Mozart. ¡Sensacional! Reconfirmé el tremendo amor que le tengo a ese compositor austriaco, muerto hace 218 años. Otra compositor que me conmueve hasta el tuétano es el genial nordestino Luis Gonzaga; su maravillosa Asa branca (Ala blanca) es prácticamente el segundo himno nacional brasileño. Haga click aquí y dése 4:36 minutos para oír y ver a seu Luis en vivo: http://www.youtube.com/watch?v=bSZ0MX2GPq0
El brasileño ya falleció, pero sucede también que la Orquesta Sinfónica de São Paulo hace poco interpretó esa obra de manera magistral. Me conmovió hasta las lágrimas.

Pude gozar de ambas obras gracias a las partituras que les sobreviven. Una partitura es un metalenguaje que existen para que generaciones posteriores interpreten la obra de creadores ya desaparecidos. Las anotaciones pentagráficas para música escrita en el siglo 17, recetas gastronómicas de la época de la Colonia, las complicadas partituras coreográficas italianas del siglo 18, guiones y story boards cinematográficos, son todas instrucciones que nos permiten resignificar solipsismos culturales ya olvidados . Es más, me atrevo a sugerir que no importa cuánto avance la cibernética, un viejo chip revelará todo video, toda foto, todo sonido guardado como programa pues son, en efecto, se trata de instrucciones metalingüísticas.

Si a nadie le parece extraña la idea de transmitir una composición musical o dancística de una generación a otra, de una geografía a otra, ¿por qué se nos hace tan, pero tan difícil pensar en hacer lo mismo con obras plásticas? Yo mantengo y sostengo que esta posibilidad existe también en el terreno de la plástica. Llevo años –más de 20- desarrollando maneras para componer partituras visuales capaces de ser ejecutadas por intérpretes profesionales, también visuales, partituras que puedan ser modificadas a su antojo, de acuerdo a las necesidades de su momento.

He cuestionado por más de seis lustros esos paradigmas estéticos, tan rígidos, tan dogmáticos, que nos dominan y que insisten en que una pintura, una talla en piedra, son obras de arte únicas y singulares porque “¡fueran hechas por sus autores con sus dos manitas!” ¿Por qué no le exigimos lo mismo a la música o a la danza? Digo, si sólo aceptamos pinturas creadas por sus autores, entonces no podríamos aceptar la interpretación jazzística de una pieza de Mozart o una coreografía de Sergei Diaghilev traducida a danza contemporánea. Sólo podríamos admitir como obras de arte originales y auténticas, las que sean ejecutadas por sus autores... ¿el propio Wolfgang tocando el clavecín? ¿Don Sergei bailando en zapatilla?

De hecho, la obra plástica envejece mal. La iglesia católica no veía en el arte formas para percibir la belleza sino maneras de enseñar y trasmitir su fe. Pasan los siglos y hoy se requiere de especialistas hermenéuticos para poder descifrar los elementos crípticos en pinturas de Durero, de El Bosco, de Paolo Uccello. Necesitamos conocimientos muy específicos para descifrar obras tan disímiles como las de la alemana Käthe Kollwitz o las del inglés William Blake, envueltas como están en solipsismos culturales tan variados como herméticos.

Los artistas de FLUXUS como Takako Saito y Yoko Ono hacían pequeños versitos tipo haiku con los que le sugerían a cualquier neófito llevar a cabo algo inusual. Cualquiera lo puede hacer pues lo que se requiere no es habilidad sino disposición. Sol Levitt, por su parte, se la pasó elaborando instrucciones muy estrictas y planos tan precisos que sólo un esclavo o un técnico de la Volkswagen podría obedecerlos.
Mis partituras visuales incluyen obra performática y tridimensional; para interpretarlas no busco ni esclavos ni neófitos. Ando siempre en pos de intérpretes, de artistas consumados que deseen resignificar mis composiciones a su manera. El destino nos va uniendo, por fortuna. Hace un mes, Shiki Matsuo, un artista que trabaja en Tokio, presentó mi performa El arte es sólo una excusa (1972). Me mandó fotos y un videito. Le quedó sensacional, me gustó en especial que haya puesto el nombre en japonés con subtítulo en español...
Otra de mis partituras, realizada por un septeto visual en Tijuana, se puede ver clicando en http://www.ehrenberg.art.br/tijuana/tijuana_signos_y_senales.html.Tal vez cuando estas líneas aparezcan en el blog, mi obra ecofílica Siete Sellos ya haya sido interpretada en Monterrey. Mientras tanto, yo como Armando Manzanero, puedo ir a la playa a la hora que se me antoje...



1 comentario:

  1. Hola! qué buen blog, a ver si un día hacen un taller en el que podamos trabajar juntos ;)
    Gracias por la visita en mi blog, pero le he hecho algunos cambios, asi que si quieren visitarme dénle click a mi nombre.
    Saludos1!!

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